LA CEBRA
Ningún animal tiene un pelaje tan característico como el de
la cebra. Las rayas de cada espécimen son igual de únicas que las huellas
dactilares (no hay dos iguales), si bien cada una de las tres especies
existentes tiene su propio patrón general.
¿Y por qué tienen rayas las cebras? Los científicos no están
seguros, pero muchas teorías se centran en su utilidad como cierta forma de
camuflaje. Sus patrones pueden suponer una dificultad para los depredadores a
la hora de distinguir a un individuo en una manada a la carrera y distorsionar
la distancia al amanecer y al anochecer. O bien pueden eludir a los insectos
que solo reconocen grandes reas de piel del mismo color, o actuar como algún
tipo de protector solar natural. Debido a su carácter nicho, las rayas también
pueden ayudar a las cebras a reconocerse mutuamente.
Las cebras son animales sociales que viven en manadas. Pastan
en grupo, normalmente hierba, e incluso se acicalan unas a otras.
La especie más abundante es la cebra de llanura (o de
Burchell). Viven en pequeños grupos familiares formados por un macho
(semental), varias hembras y sus crías. Estas unidades se pueden combinar con
otras para formar espectaculares manadas de miles de individuos, pero los
miembros de la familia se mantienen unidos en el seno de la manada.
Las cebras deben vigilar en todo momento para evitar a hienas
y leones. En una manada hay muchos ojos para detectar el peligro. Si un animal
es atacado, su familia acude en su defensa, rodeando a la cebra herida e
intentando repeler a los depredadores.
Características: pesan entre 200 y 450 kg, su altura llega
hasta el hombro; entre 1 y 1,5 m, viven en promedio 25 años, son herbívoros
y mamíferos.
INTRODUCCION
La palabra «cebra» no representa una realidad desde el punto
de vista evolutivo, sino que agrupa artificialmente tres especies en función de
un carácter (el abrigo rayado) que no es derivado, sino primitivo. Las rayas
aparecen también en mayor o menor medida en las patas y el lomo de asnos y
caballos salvajes, y se manifiestan más fuertemente en los híbridos, aunque
entre los progenitores no haya ninguna cebra de por medio (caso de las mulas),
evidenciando que la presencia de rayas es un carácter antiguo dentro del género
Equus, y no uno derivado propio de un subgrupo dentro de éste. Las cebras,
simplemente, han ido un paso más allá en el desarrollo de unas rayas que ya
poseían, mientras que los caballos y los asnos han tendido a perderlas o, al
menos, a enmascararlas.
Aunque la taxonomía de las cebras sigue siendo dudosa,
ciertos estudios, como el de Debra K. Bennett (publicado bajo el expresivo
título «Las rayas no hacen a la cebra»), indican que la cebra de planicie y la
de Grevy son especies hermanas, pero que la cebra de montaña está más
emparentada con el caballo que con éstas. Dentro de los équidos actuales, el
grupo tradicional formado por el asno africano y el asiático sería el único con
una historia evolutiva detrás que lo respalde. Las cebras son más pequeñas que
su pariente el caballo y muy parecidas en aspecto y en hábitos a los asnos
salvajes.
Las cebras son uno de los animales más conocidos de África,
donde habitan en una variedad de ecosistemas, como llanuras de hierba, sabanas,
regiones boscosas o con arbustos, montañas y cerros costeros. Son especialmente
célebres por sus características rayas negras y blancas, que no sólo varían
entre especies sino también de un individuo al otro, y por su crinera erecta. A
diferencia de sus parientes más cercanos, los caballos y los asnos, las cebras
nunca han sido realmente domesticadas.
A excepción de algunas poblaciones de cebra
común que habitan en el centro de Kenia, las cebras viven únicamente en la
mitad sur del continente africano. Aunque las regiones de dos especies
diferentes pueden solaparse, no se cruzan debido al diferente número de cromosomas; las
cebras de Grevy tienen cuarenta y seis, las cebras comunes cuarenta y cuatro y
las cebras de montaña treinta y dos.
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