ETIMOLOGIA
Etimológicamente, la palabra cebra que utilizan los hablantes
de castellano proviene de la palabra galaicoportuguesa zevra, que significa
"asno salvaje". El nombre genérico Equus proviene del latín y
significa "caballo". En cuanto a los nombres específicos, grevyi es
en honor del Presidente de Francia Jules Grévy; quagga es el nombre dado por el
pueblo Khoikhoi a estos animales; y zebra hace referencia a la palabra
galaicoportuguesa mencionada más arriba.
El nombre zevra deriva del nombre del "zebro" o
"encebro" (Equus hydruntinus), una especie de asno salvaje, o quizás
caballo salvaje similar al tarpán, de cuartos traseros rayados que habitó la
Península Ibérica por lo menos hasta bastante avanzada la Edad Media. Cuando
los portugueses empezaron a explorar el litoral africano y llegaron al Cabo de
Buena Esperanza, a finales del siglo XV, encontraron unos equinos rayados que,
por su forma y medida, les resultaron notablemente similares a las hembras de
los zebros, por lo cual les dieron el nombre de zevras.
MORFOLOGIA
Aunque las rayas
blancas y negras que presentan las cebras sea una característica común, las
tres especies de cebra no tienen una relación más cercana entre ellas que la
que tienen con otros animales del género Equus. Además, la característica común
de las rayas tampoco es tan definitiva; una de las subespecies de cebra común,
la extinta quagga sólo tenía rayas en el cuello. Por otro lado, hay otros
perisodáctilos que también tienen rayas en las patas.
A pesar de que tienen una morfología similar a la de los
caballos, son más pequeñas, con un tamaño medio de 2,3 metros de longitud,
1,2-1,5 metros de alto en la cruz y un peso de aproximadamente 300 kilogramos,
a pesar de que las cebras de Grévy pueden llegar a pesar hasta 450 kilogramos.
En esta última especie, los machos y las hembras tienen un tamaño similar, pero
en las cebras comunes y las cebras de montaña los machos son ligeramente más
grandes.
Las cebras tienen un total de cuarenta dientes: doce
incisivos que utilizan para cortar y arrancar trozos de vegetación, cuatro
caninos, doce premolares y doce molares, todos utilizados para moler el
alimento antes de tragárselo.
Las cebras tienen un excelente sentido de la vista. Se cree
que pueden ver en color. Como muchos ungulados, las cebras tienen los ojos a
los lados de la cabeza, dándole un amplio ángulo visual. Las cebras también
tienen visión nocturna, a pesar de que no es tan avanzada como la de la mayoría
de sus predadores, pero su buen oído lo compensa.
Las cebras tienen un gran sentido del oído, y tienden a tener
orejas más grandes y redondeadas que los caballos. Como los caballos y otros
ungulados, las cebras pueden girar sus orejas en casi cualquier dirección.
Además de una buena vista y oído, las cebras tienen un agudo sentido del gusto
y un sentido del olfato muy sensible al humo, esencial para sobrevivir a los
incendios.
La esperanza de vida media de las cebras es de unos treinta
años, a pesar de que pueden llegar a vivir hasta cuarenta años en cautividad.
En estado natural, donde los predadores representan una amenaza constante para
estos animales, la longevidad media es de aproximadamente doce años.
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